Hace exactamente 1 mes me encontraba celebrando mi cumpleaños No. 30 sintiéndome chavo haciendo el Bottle Cap Challenge, el cual cabe recalcar no sé cómo, pero lo logré al primer intento y lo más importante sin desgarrarme o tironearme el muslo. #GanandoComoSiempre. La ironía de esto es que me siento joven porque conozco y logré el Bottle Cap Challenge pero a la vez me siento viejo por referirme a una persona joven como “Chavo”. Entonces ¿estoy joven o estoy viejo?
La semana pasada platicando con unos chavos (edad promedio 23s) me bulleaban sobre el hecho de ya haber llegado a los 30, mientras que platicando con unos señores (edad promedio 50s-60s) me envidian por mi corta y prometedora edad. La principal diferencia que encontré entre estos dos grupos fue su reacción a mi chiste que solté atinadamente (para un público) y desatinadamente (para otro público) durante la conversación. A ambos públicos les comenté: “ustedes no se preocupen, me he estado preparando, desde los 18 años me baño con Tío Nacho”
– Chavos: jajajaja eso que we, ese shampoo ni se usa ya, aparte así que digas coooomo te ha servido pues no verdad (se ríen entre ellos haciendo simultáneamente el dab)
– Señores: jajaja yo también empecé desde chavo a usar ese shampoo
Acto seguido lanzo el punchline de mi chiste: “¿cómo? ¿de qué hablan? ¿cuál shampoo?” y puse mi cara de esperando reacciones a mi chiste:
– Los Chavos: soltaron la carcajada #EncajandoConLaChaviza
– Los señores: silencio (los que no entendieron o no les causó gracia alguna) y risas incómodas (los que sí)
Como lo pudieron ver en el post anterior, empiezo a sentirme cómodo en estas situaciones incómodas, por lo tanto, para alivianar la tensión quise ir más allá y con los señores solté un:
– Jajaja es broma no se crean, a mi tío Ignacio nomás le gustan menores de edad.
Mas silencio. Mas incomodidad. Comencé a sentir como el poco cabello que Tío Nacho me ha ayudado a mantener estos años se comenzaba a desprender después de mi pésimo chiste.
– Jajaja es broma, pero gracias por recordarme que aún estoy chavalo (usando palabras para encajar de nueva cuenta) – Terminé mi participación.
A raíz de estos bonitos y culturales encuentros, no he podido dejar de pensar en la relatividad del tiempo y cómo se puede percibir distinto según las perspectivas, pero sobre todo he reflexionado en tres puntos: su velocidad, su vivencia y el famoso timing.
SU VELOCIDAD
En la física el tiempo se mide generalmente en segundos. Si nos reducimos a los hechos: todos los días tienen 86,400 segundos. Pero entonces ¿por qué ciertos días parecieran avanzar a una velocidad distinta? Mucho se remite al momento/situación en la que estamos. Por ejemplo:
· Período vacacional: el tiempo pasa muy rápido.
· En el concierto de tu grupo favorito: el tiempo pasa rápido.
· Cita en el SAT: el tiempo pasa lento
· Últimos días de John Milton en la ciudad: el tiempo pasa muy leeeeeeeeeeento
· En Chabelo: el tiempo no pasa
O bien no es lo mismo la duración del último semáforo antes de llegar a tu casa en una situación normal a la duración del mismo semáforo, pero estando al borde de liberar al Guille (Willy en inglés). El tiempo es el mismo, la urgencia MUY distinta.
Conforme vamos creciendo el tiempo pareciera meter segunda y comenzamos a vivir a un ritmo más acelerado. Comenzamos con las frases de “¿qué? ¿Ya es agosto?!!! Se me ha ido volando el año” ó “¡ya casi se acaba el año! todavía ni quito el arbolito y ya lo tengo que volver a poner” ó “¿ya va a empezar otra vez La Academia? Si siento se acaba de terminar la de la Generación 345” #TeamErasmoCatalino4ever #ToñitaTuTambiénErasChida
A diferencia de cuando éramos niños, la vida adulta trae consigo 3 cosas: mayores responsabilidades, mayor estrés y la creación de rutinas.
Nuestras responsabilidades —> generan estrés.
El estrés —-> genera nos preocupemos y a su vez ocupemos, por lo cual creamos planes para cumplir con dichas responsabilidades.
Esos planes —> se traducen en rutinas.
Las rutinas pueden ser muy peligrosas ya que en ocasiones en vez de generar hábitos pueden generar monotonía. La diferencia entre hábito y monotonía yo la veo en que radica que la monotonía es hacer lo mismo siempre, mientras que el hábito es hacer lo mismo, pero de distintas maneras.
Pongamos como ejemplo hacer ejercicio.
· Monotonía: 45 minutos de ejercicio cardiovascular diario. Correr en una caminadora 45 minutos todos los días del año.
· Hábito: 45 minutos de ejercicio cardiovascular diario. Una semana correr en caminadora, otra semana hacer bicicleta, otra semana correr al aire libre, etc.
El tiempo es el mismo: 45 minutos diarios. Pero la importancia radica en las formas. Ya que lo monótono tiende a ser aburrido y con el tiempo a abandonarse y perder interés. Esto es peligrosísimo para cualquier actividad: profesional, personal, relaciones, etc.
La monotonía la considero una de las principales causas de que el tiempo nos pase de largo y de pronto volteemos atrás y sintamos que ha pasado equis cantidad de tiempo desaprovechada. La monotonía logra algo curioso: que el instante se vaya lento, pero el período se vaya rápido. Y este último muchas veces percibido como insignificante.
Las rutinas no son malas, siempre y cuando busques crear buenos hábitos, no monotonías.
Busca rutinas flexibles que te permitan modificar de vez en cuando y aún así cumplir el objetivo. No siempre cenes en el mismo restaurante. No viajes siempre al mismo lugar. No escuches la misma música. No te conformes siempre con lo cómodo y conocido. Prueba distintos postres.
Por otro lado, la velocidad con la que percibimos el tiempo estoy convencido que radica en la calidad con la que vivimos cada momento. Para ello, pasamos a:
SU VIVENCIA
Hace unas semanas estaba con una amiga un viernes por la noche en los Mariscos Alfreditos. Había buena comida, buena compañía, buenas cervezas, buena música, buena plática. Todos estábamos disfrutando se podría decir. De pronto mi amiga me dice:
– ¿cómo estará el plan en los otros Mariscos? me dan ganas de ir para allá o si no ir a casa de Miguel que ahí también se van a juntar unos. ¿Vamos?
La realidad es que quería quedarme ya que la estábamos pasando bien, pero como buen amigo decidí acompañarla para hacerle el favor ya que en dichos Mariscos estaba parte de su ganado. Llegamos a los otros mariscos y el plan era similar al anterior: buena compañía, plática, música, etc. Pasaron 45 minutos y me dice mi amiga:
– ¿Vamos a casa de Miguel? A ver como está, me están diciendo que hay mucha gente y que se puso padre.
La realidad es que quería quedarme ya que la estábamos pasando bien, pero como buen amigo decidí acompañarla para hacerle el favor ya que en casa de Miguel se encontraba su ganado B. Llegamos y efectivamente: mucha gente, buen ambiente, música, etc. Todo lo que prometieron. Pasaron 60 minutos y mi amiga me dice: ¿Nos regresamos al Alfreditos? Acaban de subir unas historias a Instagram y se ve que traen un fiestón. – No nos debimos de haber ido – me dijo.
No sé si me vio cara de Bernardo, pero mi reloj funcionaba normal y no podía ni retroceder ni avanzar el tiempo. Terminamos de nueva cuenta en los Mariscos Alfreditos y así culminó la noche.
Al final estuvimos en todos los planes y a la vez no estuvimos en ninguno ¿por qué? Porque mi amiga no supo disfrutar el momento. Pasaba el tiempo pensando cómo estaría en otro lugar, con otras personas y cuando llegaba a ese lugar borrón y cuenta nueva, comenzaba a pensar cómo estaría en el otro lugar, con otras personas y así sucesivamente.
¿Cuántas de estas personas no conocemos? O bien ¿cuántas veces no hemos sido nosotros esa persona?
A veces vivimos pensando cómo estaríamos en otra situación, con otra(s) persona(s), en otro lugar, en otro trabajo, en otra ciudad, o si estaríamos mejor con López Obrador (oiiiiiiilo)
Nos desgastamos con los “hubiera” cuando podríamos estar disfrutando los “ahora”.
Goza cada momento, por más insignificante que pueda parecer. Disfruta de la compañía que tienes o en la soledad, disfruta de tu propia compañía. Vive los momentos sin pensar en el futuro y mucho menos en el pasado.
La mejor forma que encuentro de resumirlo es así: vive cada experiencia como vives esos dates (citas amorosas) que ni te acuerdas de checar tu celular.
Además, si algo también le diría a mi yo de hace diez años sería:
“no te preocupes si no abarcas todo lo que en este momento quieres abarcar, síguelo intentando porque así caerás en cuenta que en los aspectos importantes de la vida: la calidad > cantidad”
Así que en el momento que comiences a poner por encima la calidad sobre la cantidad, te será más fácil vivir y disfrutar de cada momento.
SU TIMING
Palabra en inglés sin traducción exacta al español. Comúnmente se le relaciona con variables relacionadas al: ritmo, velocidad, aceleración, tiempo, espacio, eventualidad, etc. Pero su comprensión es tan exacta e inexacta como su traducción al español.
Si lo tuviera que definir sería de la siguiente manera: instante donde las variables de tiempo, espacio, suerte y ¿destino? convergen o no convergen para lograr o no lograr lo deseado.
Difícil y fácil de entender.
Pero no nos apresuremos, todo a su tiempo. Dejaremos este tema para un post por sí solo, además, los dejo que tengo que ir a comprar mi boleto de John Milton que ¡ya está en las últimas funciones!